La dureza de una montaña no se mide en términos humanos. La dureza de una expedición va más alla de la físico, se concreta en lo psicológico.
En el Pico Lenin me he encontrado conmigo mismo, he tenido tiempo para mí, para analizar mi alma, para clarificar mi mente y mirar hacia el futuro a través de un prisma diferente.
Cada viaje es una odisea hacia el interior, un viaje hacia lo más profundo. Me he sorprendido con lo que he encontrado, dentro y fuera de mí.
Un saludo.
3 comentarios:
Que bien que ya estes de vuelta!!! Pero no te has sentido solo en el viaje??
He tenido mucho tiempo para pensar... no da tiempo a sentirse solo, aunque psicologicamente se hace duro...
Geniales las fotos, aunque parece que ha sido durilla la aventura.
Saludos.
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